lunes, marzo 09, 2009

La necesidad del dinero

Y siguiendo con temas de economía, me parece muy interesante este artículo que copié de aquí acerca del dinero. El autor es Michael Laitman, me gustó el artículo, coincido en casi todos los puntos, excepto en la parte religiosa (¡es una web sobre la cábala!), pero bien, eso no invalida sus observaciones.

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Recibí una pregunta: ¿Realmente cree usted en un mundo sin dinero?

Como respuesta, publico una carta de uno de mis estudiantes norteamericanos de muchos años, Tasha: Trabajo en una firma financiera, que hasta poco, era uno de los pilares del mundo financiero, pero que hoy se aferra hasta al último dólar en un intento de mantenerse a flote. Hace tan sólo un año, no había un solo puesto vacante en la institución, pero ahora, un año más tarde, menos de una tercera parte de los puestos están ocupados. Ocurren despidos cada mes y cada uno espera su turno, esperando posponer lo inevitable y tratando de resolver la cuestión de cómo alimentar a su familia.

¿Qué ocurrió? ¿Por qué todo se vino abajo? Se nos enseña y vivimos y trabajamos para el dinero “virtual”. Pero, aún así, trabajábamos y les dábamos a los demás la oportunidad de trabajar y dar de comer a su familia. ¿Qué fue lo que cambió?

El mundo material no cambió, pero las oficinas están vacías, se cancelan vuelos y nadie se va de vacaciones a algún alojamiento turístico. En lugar de esto, la gente hace fila para reclamar seguros de desempleo. ¿Por qué todo el mundo en el planeta de pronto contempla un mundo surrealista? ¿Por qué el sistema “establecido” en donde todos recibían de los demás no funciona ya? El sistema económico universal se ha roto en añicos.

Aún si el dinero fluye al sistema, el sistema no funciona correctamente, pues los bancos y los negocios no se tienen confianza. Los negocios no reciben crédito de los bancos y por consiguiente no les confían su dinero. Cómo resultado, todo cierra. En otras palabras, desde el principio, el sistema se basaba en la confianza (con la perspectiva de una ganancia) más bien que en el dinero.

Pero, si no hay dinero en absoluto, entonces tengo que trabajar “por mi buen corazón” (sin recibir ningún dinero), tomo lo que necesito de la tienda (sin pagar dinero) y la tienda recibirá mercancías de un proveedor (sin entregar ningún dinero), que yo he producido (por el que yo no recibí dinero). ¿Funcionaría un sistema así, en donde todo mundo trabaja por su buen corazón y recibe lo necesario. Sería el cielo en la tierra

Pero, cómo podemos siquiera intentar trabajar “por nuestro buen corazón” si todos a nuestro alrededor de inmediato empezarían a usarnos y no existe la menor garantía que se nos entregue al menos algo de lo que necesitamos? En otras palabras, un sistema así sólo funcionaría normalmente bajo la condición que todos los participantes estén conformes en trabajar gratis, poniendo el máximo para la supervivencia de la sociedad y recibiendo sus necesidades básicas. Así es como todos los sistemas vivientes naturales operan, en donde todas las partes del todo viven para la existencia del organismo entero. Y, si la crisis continúa desarrollándose, esta será la única solución aplicable que tendremos.

Entonces en este punto la verdadera pregunta es: ¿cómo podemos exactamente frenar nuestro egoísmo y empezar a vivir ayudando y preocupándonos por los demás, en lugar de explotarnos? ¿Cuál es la razón que la gente esté lista a pasar por encima de los demás para obtener algo de dinero? ¿Cuál es la importancia de contar tantos ceros en nuestras cuentas bancarias? ¿Cuál es la diferencia entre una cantidad infinitamente grande y la total ausencia de dinero?

Una gran suma de dinero le da una cosa al individuo: confianza que él y su familia siempre tendrán lo que es necesario, que sus hijos recibirán una educación, que tendrá una pensión para su vejez y recibirá la mejor atención médica cuando lo requiera. Así es que si existe una manera de asegurar a la sociedad que se proveerá con todo lo esencial, ¿cuánto dinero podría necesitar cada uno de nosotros? No necesitaríamos dinero, puesto que, como ahora nos queda más y más claro, todo lo que exceda las necesidades es tan sólo en detrimento nuestro.

La cantidad necesaria es, por supuesto, subjetiva. Para una persona, sería un segundo par de calcetines y para otra, un tercer Mercedes Benz. Sin embargo, si la humanidad llega a un punto en donde la única forma de sobrevivir es consumiendo el mínimo, entonces todos verían lo que es necesario para ellos sólo como una oportunidad para llevar el mayor beneficio a la sociedad. ¿Entonces, en donde está la fuerza mágica que puede cambiar nuestra esencia de consumo a otorgamiento, de utilizar a todos a preocuparnos por los demás?

No existe dentro de nosotros. Tan sólo podemos poner nuestras esperanzas en la fuerza que nos creó, a todo este mundo, y a cada planta y criatura viviente, con tanta sabiduría. Es la fuerza que empuja a la humanidad a desarrollarse hacia un nuevo nivel cualitativo, todavía no percibido por nosotros. Necesitamos Luz en nuestra oscuridad. Es la Luz que nos corregirá y nos llevará a un nuevo mundo, con nuevas relaciones.

2 comentarios:

Enrique dijo...

Gracias Manuel!!!
YA tengo para entretenerme un buen rato con estos problemillas.
Saludos.
Buena semana!!!

Enrique dijo...

No s emucho de socialismo ni comunismo, pero esto me sonó a lo que me dijeron en la secundaria y la prepa de lo que es el socialismo.
Por cierto, se dice que en tiempos dificiles se nos da mucho por confiar en fuerzas mas allá de lo terreno, eso de "Tan sólo podemos poner nuestras esperanzas en la fuerza que nos creó", bueno si creo que es más sencillo, que esperar y tener fe en los demás y en uno mismo.
En fin, habrá que reflexionar un poco más...